Colombia ha padecido enfrentamientos armados civiles, desde el nacimiento de la república cuando las élites criollas se dividieron en centralistas y federalistas, y se lanzaron a una guerra fratricida, más conocida como la Patria Boba, debido a que la Nueva Granada no se había independizado de España. En Las Guerrillas del Llano, el autor Eduardo Franco Isaza, un rico hacendado que hizo parte de las guerrillas liberales de la época 1948-1953, describe con lujo de detalles desde su óptica, la rebelión armada contra el Estado, y la forma como las fuerzas revolucionarias fueron desarticuladas política y militarmente por el Estado colombiano, tras el golpe de Estado del general Gustavo Rojas Pinilla en 1953.
Leer esta obra es recorrer por los orígenes de la historia de las guerrillas comunistas, algunas de ellas liberales cooptadas por el Partido Comunista Colombiano. Así mismo es conocer el punto de vista de las élites regionales agrícolas, acostumbradas a actuar como gamonales y dueños de la vida y del destino del campesinado.
Se puede estar en acuerdo o desacuerdo con los planteamientos del autor de este libro acerca de la violencia, pero es una obra de obligatoria consulta dentro de los textos de su línea académica, pues es de los pocos documentos bien sustanciados que explican la visión de una de las partes en esa guerra tan cruel como inútil, entre los hijos de una misma nación.
Por su contenido este libro aporta luces a sociólogos, geopolitólogos, historiadores, analistas militares de las guerras de guerrillas y analistas del conflicto colombiano, pero además ilustra a lectores en general de la evolución política, social, militar y económica del país.
Esta rebelión liberal fue orientada desde Bogotá por Carlos Lleras Restrepo, presidente del Partido Liberal, mediante colectas para financiar el conflicto armado. Mientras tanto, los guerrilleros luchaban casi con las uñas –sin armas suficientes y en precarias condiciones de alimentación y salubridad– para contrarrestar los ataques del adversario que se replegaban en el amplio territorio bajo el ímpetu de los "chulavitas", denominación proveniente de una vereda del municipio boyacense de Boavita, que se hizo célebre por salir de allí las hordas asesinas que causaron en el país innumerables estragos contra los campesinos liberales.
Este es un periodo de la historia colombiana al que le faltan muchas páginas por escribir, o publicar pues todavía quedan muchos documentos inéditos o sin la suficiente difusión respecto a estos hechos.